[ Pobierz całość w formacie PDF ]

Vase don GUTIERRE detr�s del
pa�o
�Hola!
JACINTA: �Se�ora?
MENC�A: El aire que corr�a
entre estos ramos mientras yo dorm�a,
la luz ha muerto; luego
traed luces.
Vase JACINTA
GUTIERRE: (Encendidas en mi fuego. Aparte
Si aqu� estoy escondido,
han de verme, y de todas conocido,
podr� saber Menc�a
que he llegado a entender la pena m�a;
y porque no lo entienda,
y dos veces me ofenda,
una con tal intento,
y otra pensando que lo s� y consiento,
dilatando su muerte,
he de hacer la deshecha de esta suerte).
Dice dentro
�Hola! �Cómo est� aqu� de esta
manera?
MENC�A: �ste es Gutierre; otra desdicha espera
mi esp�ritu cobarde.
GUTIERRE: �No han encendido luces, y es tan tarde?
Sale JACINTA con luz, y don GUTIERRE por otra puerta
de donde se escondió
JACINTA: Ya la luz est� aqu�.
GUTIERRE: �Bella Menc�a!
MENC�A: �Oh mi esposo! �Oh mi bien! �Oh gloria
m�a!
GUTIERRE: (�Qu� fingidos extremos) Aparte
Mas, alma y corazón, disimulemos).
MENC�A: Se�or, �por dónde entrasteis?
GUTIERRE: Por esa huerta,
con la llave que tengo, abr� la puerta.
Mi esposa, mi se�ora,
�en qu� te entreten�as?
MENC�A: Vine agora
a este jard�n, y entre estas fuentes puras,
dejóme el aire a escuras.
GUTIERRE: No me espanto, bien m�o;
que el aire que mató la luz, tan fr�o
corre, que es un aliento
respirado del c�firo violento,
y que no sólo advierte
muerte a las luces, a las vidas muerte,
y pudieras dormida
a sus soplos tambi�n perder la vida.
MENC�A: Entenderte pretendo,
y aunque m�s lo procuro, no te entiendo.
GUTIERRE: �No has visto ardiente llama
perder la luz al aire que la hiere,
y que a este tiempo de otra luz inflama
la pavesa? Una vive y otra muere
a sólo un soplo. As�, de esta manera,
la lengua de los vientos lisonjera
matarte la luz pudo,
y darme luz a m�.
MENC�A: (El sentido dudo). Aparte
Parece que celoso
hablas en dos sentidos.
GUTIERRE: (Riguroso Aparte
es el dolor de agravios;
mas con celos ningunos fueron sabios).
�Celoso? �Sabes t� lo que son celos?
Que yo no s� qu� son, �viven los cielos!;
porque si lo supiera,
y celos...
MENC�A: �Ay de m�!
GUTIERRE: ...llegar pudiera
a tener... �qu� son celos?
�tomos, ilusiones y desvelos...
no m�s que de una esclava, una cr�ada,
por sombra imaginada,
con hechos inhumanos,
a pedazos sacara con mis manos
el corazón, y luego
envuelto en sangre, desatado en fuego,
el corazón comiera
a bocados, la sangre me bebiera,
el alma le sacara,
y el alma, �vive Dios!, despedazara,
si capaz de dolor el alma fuera.
�Pero cómo hablo yo de esta manera?
MENC�A: Temor al alma ofreces.
GUTIERRE: �Jes�s, Jes�s mil veces!
�Mi bien, mi esposa, cielo, gloria m�a!
�Ah mi due�o! �Ah Mencia!
Perdona, por tus ojos,
esta descompostura, estos enojos;
que tanto un fingimiento
fuera de m� llevó mi pensamiento;
y vete, por tu vida; que prometo
que te miro con miedo y con respeto,
corrido de este exceso.
�Jes�s! No estuve en m�, no tuve seso.
MENC�A: (Miedo, espanto, temor y horror tan fuerte.
parasismos han sido de mi muerte).
GUTIERRE: (Pues m�dico me llamo de mi honra,
yo cubrir� con tierra mi deshonra).
Vanse todos
FIN DEL ACTO SEGUNDO
ACTO TERCERO
Sale todo el acompa�amiento,
y don GUTIERRE y el REY
GUTIERRE: Pedro, a quien el indio polo
coronar de luz espera,
hablarte a solas quisiera.
REY: Idos todos.
Vase el acompa�amiento
Ya estoy solo.
GUTIERRE: Pues a ti, espa�ol Apolo,
a ti, castellano Atlante,
en cuyos hombros, constante,
se ve durar y vivir
todo un orbe de zafir,
todo un globo de diamante;
a ti, pues, rindo en despojos
la vida mal defendida
de tantas penas, si es vida
vida con tantos enojos.
No te espantes que los ojos
tambi�n se quejan, se�or;
que dicen que amor y honor
pueden, sin que a nadie asombre,
permitir que llore un hombre;
y yo tengo honor y amor.
Honor, que siempre he guardado
como noble y bien nacido,
y amor que siempre he tenido
como esposo enamorado;
adquirido y heredado
uno y otro en m� se ve,
hasta que tirana fue
la nube, que turbar osa
tanto esplandor en mi esposa,
y tanto lustre en su fe.
No s� cómo signifique
mi pena; turbado estoy...
y m�s cuando a decir voy
que fue vuestro hermano Enrique
contra quien pido se aplique
de esa justicia el rigor;
no porque sepa, se�or,
que el poder mi honor contrasta;
pero imaginarlo basta,
quien sabe que tiene honor.
La vida de vos espero
de mi honra; as� la curo
con prevención, y procuro
que �sta la sane primero;
porque si en rigor tan fiero
malicia en el mal hubiera,
junta de agravios hiciera,
a mi honor desahuciera,
con la sangre le lavara,
con la tierra le cubriera.
No os turb�is; con sangre digo
solamente de mi pecho.
Enrique, est� satisfecho
que est� seguro conmigo;
y para esto hable un testigo;
esta daga, esta brillante
lengua de acero elegante,
suya fue; ved este d�a
si est� seguro, pues f�a
de m� su daga el infante.
REY: Don Gutierre, bien est�;
y quien de tan invencible
honor corona las sienes,
que con los rayos compiten
del sol, satisfecho viva
de que su honor...
GUTIERRE; No me obligue
vuestra majestad, se�or,
a que piense que imagine
que yo he menester consuelos
que mi opinión acrediten.
�Vive Dios!, que tengo esposa
tan honesta, casta y firme
que deja atr�s las romanas
Lucrecia, Porcia y Tomiris.
�sta ha sido prevención
solamente.
REY: Pues decidme;
para tantas prevenciones,
Gutierre, �qu� es lo que visteis?
GUTIERRE: Nada; que hombres como yo
no ven. Basta que imaginen,
que sospechen, que prevengan,
que recelen, que adivinen,
que... no s� como lo diga;
que no hay voz que signifique
una cosa, que no sea
un �tomo invisible.
Sólo a vuestra majestad
di parte, para que evite
el da�o que no hay; porque
si le hubiera, de mi f�e
que yo le diera el remedio
en vez, se�or, de pedirle.
REY: Pues ya que de vuestro honor
m�dico os llam�is, decidme,
don Gutierre, �qu� remedios
antes del �ltimo hicisteis?
GUTIERRE: No ped� a mi mujer celos,
y desde entonces la quise
m�s; viv�a en una quinta [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • nadbugiem.xlx.pl
  • img
    \