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querían que viviese, todo para demostrar que tenia bondad en su corazón, y que era
capaz de agradar a todos.
Había sido injusta con Dios, desperdicio su vida.
Ahora necesitaba un verdugo que la enviase rápidamente al infierno.
El guerrero sintió que el látigo cobraba vida propia en sus manos. Por un
segundo, sus ojos volvieron a cruzarse con los de la prisionera.
Esperaba que ella cambiase de idea, que pidiese perdón. Pero, en vez de eso, la
prisionera contrajo su cuerpo esperando el golpe.
La Ley Moral. De repente todo había desaparecido, menos la rabia de haber
sido traicionado por una prisionera. El odio venia a oleadas, u el estaba descubriendo
hasta que punto podría ser cruel. Siempre se había engañado, siempre había dejado que
su corroan flaquease en los momentos en los que tenia que administrar justicia. Siempre
había perdonado, no por que fuese un buena persona, sino por que era un cobarde, tenia
miedo de no conseguir llegar hasta el final.
Vahalla miro a Chris. Chris miro a Vahalla. La luna no permita que cada uno
viese claramente los ojos de la otra y esto era bueno.
Ambas tenían miedo de mostrar lo que estaban sintiendo.
---¡Por el amor de Dios! ---grito la mujer una vez mas, antes de que el golpe
bajase.
El guerrero pero el látigo en alto.
Pero el enemigo había llegado.
---Basta ---dijo Vahalla---. Es suficiente.
Los ojos de Paulo estaban vidriosos. Agarro a Vahalla por los hombros.
---¡Tengo ese odio! ---gritaba---. ¡No estoy de acuerdo!
¡He soltado demonios que no conocía!
Vahalla retiro el látigo de sus manos, y fue a ver si Rhota estaba herida.
La muchacha lloraba con el rostro entre las rodillas.
---Todo era verdad ---dijo, abrazándose a Vahalla---. Yo lo provoque, y lo use
para que me castigase. Quería que el me destruyese, que acabase con migo. Mis padres
me culpan, mis hermanos me culpan, solo he cometido errores en la vida.
---Ve a ponerte otra blusa ---ordeno Vahalla.
Ella se levanto y arreglo un poco la blusa rasgada.
---Quiero quedarme así ---dijo.
Vahalla dudo un momento, pero no dijo nada. En vez de eso camino hacia la
pared del cañón, y comenzó a subir. Al llegar allá arriba, al lado de las otras tres
Valquirias, hizo una señal para que subiesen ellos también.
Chris, Rhota y Paulo escalaron la pared en silencio; la luna iluminaba el
camino, las piedras tenían muchas grietas, no había ninguna dificultad especial. Allá en
lo alto, la vista era como si estuviesen en una enorme planicie, llena de grietas.
Vahalla pidió a la muchacha y a Paulo que se acercasen el uno al otro, y que
permaneciesen frente, juntos.
---¿Te hice daño? ---le pregunto a Rotha. Estaba horrorizado consigo mismo.
Rhota dijo «no» con la cabeza. Tenia vergüenza, jamás había conseguido ser
como una de aquellas mujeres que estaban a su lado. Era débil.
Vahalla cogió los pañuelos de dos Valquirias, los unió y los paso por al cintura
del hombre y de la mujer, atándolos juntos. Desde donde estaba, Chris podía ver la luna
formando una aureola alrededor de ambos. Era una escena bonita, si no fuese por todo
lo que había ocurrido , si aquel hombre y aquella mujer no estuviesen tan distantes y tan
unidos el uno al otro.
---Soy indigna de ver a mi ángel  dijo la Valquiria---. Soy débil, mi corazón se
llena de vergüenza .
---Soy indigno de ver a mi ángel  dijo Pulo, para que todos los oyesen---. Tengo
odio en mi corazón.
---Mi corazón amo a varias mujeres. Y parto el amor de los hombres ---dijo
Rotha.
---He alimentado odios durante años, y me vengue cuando nada de aquello tenia
ya importancia ---continuo Paulo---. Siempre fui perdonado por mis amigos, y jamas
supe perdonarlos.
Vahalla se giro en dirección a la luna.
---Estamos aquí, arcángel. Hágase la voluntad del Señor. Nuestra herencia es el odio y
el miedo, la humillación y la vergüenza . Hágase la voluntad del Señor.
»¿Por qué no basto con cerrar las puertas del paraíso? ¿Tenia que hacer también
que cargásemos con el infierno en el alma? Pero si esta es la voluntad del Señor, has de
saber que toda la humildad la viene cumpliendo a través de las generaciones.
(Vahalla camina alrededor de los dos)
PREFACIO Y SALUDO
Alabado sea nuestro Señor Jesucristo, para siempre sea albado.
Hablan Contigo los guerreros de la culpa.
Aquellos que siempre usaron las mejores armas que tenían contra si mismos.
Los que juzgan indignos de las bendiciones. Los que creen que no han sido
hechos para la felicidad. Los que se sienten peores que los demás.
Hablan contigo los que llegaron a las puertas de la liberación, miraron el Paraíso,
y se dijeron a si mismos:«No debemos entrar; no lo merecemos.»
Hablan Contigo aquellos que un día experimentaron el juicio de su prójimo: y
creyeron que la mayoría tenia razón.
Hablan Contigo aquellos que se juzgaron y condenaron a si mismos.
(Una de las Valquirias le entrega el látigo a Vahalla. Ella levanta el látigo hacia el
cielo.)
PRIMER ELEMENTO: EL AIRE
Aquí esta el látigo. Si somos así castíganos.
Castíganos porque somos diferentes. Porque somos aquellos que osamos soñar,
y creemos en cosas en las que ya nadie creé.
Castíganos por que desafiamos lo que existe, lo que todos aceptan, lo que l
mayoría no quiere cambiar.
Castíganos por que no hablamos de Fe, y nos sentimos sin esperanza. Hablamos
de Amor, y no recibimos ni el cariño de la conformación que creemos merecer. [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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